Albert Einstein era ante todo un humanista
Hace falta algo más que buena disposición de ánimo, templanza y un inveterado optimismo vital para sobreponerse a las circunstancias actuales y seguir creyendo en que «todo va a ir bien». Ni la filosofía del Premio Nobel -ciertamente optimista y corajuda- nos rescata ya de este malestar colectivo que empieza a hacer mella hasta en los espíritus más combativos, entre los que me hallo. Albert Einstein dejó escritas para la posteridad -ya hemos llegado a ella- un cúmulo de reflexiones sobre la crisis, evidenciando que, además de tener una mente analítica muy bien dotada para las matemáticas, era un humanista enganchado a la actualidad que reflexionaba sobre el acontecer de los tiempos que le habían tocado vivir. Escribió Einstein, en sintonía con la «crisis como oportunidad» de los chinos, que la crisis es «la mejor bendición que puede sucederles a personas y países, porque la crisis trae progreso», y sentenció: «Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su prop