Alan Turing el matemático maricón incomprendido
La purpurina, las lentejuelas y las plumas volvieron ayer a las calles para celebrar el Orgullo Gay y recordar un pasado sin derechos. La movida lúdica propone como icono a Mónica Naranjo y olvida a los homosexuales con cerebro como Alan Turing, que nació hace ahora 100 años y fue un genio absoluto y un mártir de su condición sexual. Le gustaban las matemáticas y ésa fue su gloria, también le gustaban los hombres y ésa fue su tumba. Hay vidas cortas que parecen largas, como la de Alan Turing, el padre de la inteligencia artificial y de los ordenadores. El Homo sapiens aparece hace 4.100 generaciones, pero sólo inventó la escritura hace 280; la imprenta nació hace 22 generaciones y hace tan sólo 76 años, tres generaciones, Turing sentó las bases teóricas de un cerebro electrónico capaz de ejecutar todas las operaciones matemáticas. Fue, además, espía y héroe de la II Guerra Mundial. Pero en vez de con medallas y monumentos, le pagaron con el escarnio. Solitario y atleta, cuando