Pippa Middleton se ha dado a la buena vida
La pequeña de las Middleton, Pippa (28 años), que ejerce de princesa sin corona ni obligaciones, tiene sobre la mesa el catálogo y la propuesta de Rosa Clará para convertirse en su blanca y radiante imagen de vestal. Es lo que tiene aparecer en una boda real como un ángel blanco tras la novia del año, su hermana Kate (30), la perfecta, fotogénica y siempre sonriente duquesa de Cambridge.
Nacidas para lucir, para desfilar sobre alfombras rojas y posar en los más codiciados photocalls. A Kate y Pippa Middleton las educaron para enamorar a las cámaras, así lo contó en una entrevista el cronista británico Andrew Morton. Desde la empresa catalana de trajes de ceremonia, confirman a LOC sus intenciones de convertir a Middleton en la imagen de la casa. Pero el pasado martes y dentro del programa de la Bridal Week en Barcelona, Pippa no estuvo. La papeleta del sitting estaba preparada, caliente, pero «no ha podido ser por motivos de agenda, su agenda», explican. Los compromisos adquiridos con anterioridad no le permitieron desplazarse ni unas horas, las necesarias para la foto.
Por el catálogo y la pasarela, por altares y juzgados, con la etiqueta de Rosa Clará ha pasado Paula Echevarría, Shaila Dúrcal, Paulina Rubio, Marisa Jara, Esther Cañadas, Lorena Bernal, María Palacios, Carla Goyanes… Andrej Pevic, el hombre que se viste de mujer o de hombre y según convenga al diseñador, ha sido el último fichaje de la firma. Rosa Clará decidió que fuera mujer en la pasarela de 2012.
Desde que apareciera con un vestido blanco de Sarah Burton para Alexander McQueen en el enlace de su hermana con el príncipe Guillermo, son muchas las ofertas de trabajo que ha recibido. Si en noviembre acordaba con la editorial Penguin (por casi medio millón de euros) la preparación de un libro sobre cómo organizar la mejor fiesta, sus ofertas más recientes quieren convertirla en novia de ficción. En cuanto a estas últimas propuestas, hasta hoy, nadie le ha seducido lo suficiente.
Su fichaje sería todo un acierto en el panorama nupcial, superable sólo por el de Carlota Casiraghi. Si Rosa Clará no lo logra, acaso la hayamos perdido para siempre porque la edad, para los catálogos nupciales, no perdona.
Lo que no habrá de momento es boda real, auténtica, con papeleo. Pippa está soltera.
Mientras se decide, planea mudarse a Nueva York para instalarse en un día a día algo más anónimo que el londinense, porque el interés de la prensa por Pippa Middleton comienza a ser mayor que por su hermana, y su posición sigue el camino de Lady Diana Spencer.
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