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Mostrando entradas de junio, 2016

Amy Winehouse voz prodigiosa en un cuerpo complicado

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El malditismo, esa afición morbosa por los genios que derrochan talento y al mismo tiempo arrastran una existencia vapuleada por la vida, es algo asociado a la música popular.  Drogadicciones, inestabilidad mental, tendencias autodestructivas, violencia, amoralidades... La lista de placeres prohibidos que supuestamente engrandecían la dimensión musical de un artista era larga y bien conocida por los gourmets. Sin embargo, el malditismo era precisamente eso, una cosa de gourmets.  Uno podía disfrutar con las canciones de Billie Holiday y, al mismo tiempo, paladear lo azaroso de su vida, incomprendida para la mayoría de la masa ignorante. Sin embargo, todo ha cambiado con la generación de Amy Winehouse. El capitalismo ha fagocitado la afición por los malditos, y las vidas descarriadas se venden al gran público, abuelas y niños incluidos, como un valor en alza. Ayer, por ejemplo, la actuación de Amy Winehouse en el Rock in Rio congregó a un nutrido grupo de espectadores. Pero