El joven Link alcanza la madurez.

Acualquiera que se considere un poco amante de esta industria, le tiene que ser familiar la saga The Legend of Zelda. Para muchos, el mejor videojuego de la historia pertenece a esta serie: Ocarina of Time de Nintendo 64. Aquel juego de 1998 caló hondo por sus innovaciones en el recién estrenado entorno tridimensional. Entre otros puntos fuertes, destacaban los combates fijando al enemigo, la posibilidad de galopar a lomos de Epona, las canciones de la ocarina, los templos o la evolución de la historia con el viaje en el tiempo. En resumen, caló por el encanto que desprendía cada esquina del mundo de Hyrule.

Sin embargo, ahora llega The Legend of Zelda: Skyward Sword, un título que sale en la época más decadente de Wii en cuanto a catálogo y ventas de hardware, pero que viene dispuesto a dejar su sello y, quién sabe, si a ser nombrado como el mejor Zelda de la historia. Recursos tiene para ello.

Skyward Sword nos brinda la oportunidad de disfrutar de una impresionante y compleja historia, con un héroe carismático que nunca ha necesitado hablar para dejar huella. Además, no es una historia de las que duran un suspiro, sino que para completarlo habrá que echarle casi 100 horas.

En Skyward Sword nos llevan al origen del universo de Zelda, en parte como homenaje a la saga en su 25 aniversario. A diferencia de lo que estamos acostumbrados, en esta ocasión Zelda no jugará el papel de princesa pero, aún así, seguirá siendo fundamental en el devenir de la historia de Link.

Este nuevo The Legend of Zelda desprende magia y madurez por los cuatro costados. El héroe iniciará su viaje para descubrir Hyrule a través de los perfectos parajes y mazmorras que nos atraparán en sus redes por su fantástico diseño, al igual que el resto de situaciones que propone, como los templos, los variados puzles y las misiones alternativas.

Pero una de las exigencias que viene de la mano de cualquier nuevo título es que ofrezca novedades, que no se quede en el mero «más de lo mismo». Por ello, Nintendo, aparte de renovar y profundizar en los elementos clásicos de la saga, ha utilizado sus mejores técnicas en refrescar la exploración para brindar al jugador una nueva forma de desplazamiento -el vuelo sobre nuestro pelícaro rojo- y una mejora en el inventario, haciéndolo menos engorroso para facilitar la navegación.

Conocedora de las limitaciones técnicas de Wii, Nintendo ha recurrido a un apartado visual a caballo entre el estilo de dibujo de Wind Waker de Gamecube y uno más sobrio como el Twilight Princess de Gamecube y Wii, consiguiendo darle un empaque que entra por los ojos nada más ponerle la vista encima. Además, las renovadas animaciones, la iluminación y la fluidez, entre otros elementos, consiguen un conjunto que deriva en, sin duda, un grandioso homenaje a la saga en sus bodas de plata.

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