Humor en tiempos de crisis

El humor en tiempos de cólera tuitera no es tarea fácil. Ni siquiera cuando se tiene presupuesto, buenos guionistas, talento y medios suficientes como para conseguir reunir a tres de los mejores cocineros del mundo (Arzak, Arguiñano y Adrià) para comer magdalenas con roquefort, una combinación de ingredientes sublimes, pero cuya mescolanza debía resultar, al menos por los gestos de estupor de los entendidos comensales, bastante insatisfactorio para cualquier papila gustativa. 

El domingo, Buenas Noches y Buenafuente (Antena 3) descepcionó a todos aquellos que vaticinaron que el cómico catalán volvería con ideas renovadas y frescas después de casi un año de asueto. No ha sido así: el programa tomó lo mejor -y lo peor- de los formatos más exitosos de El Terrat salvo que con escenario y sin mesa. Los trajes de Corbacho, el reportaje de apertura en la calle del Follonero, entrevistas con tufo graciosillo (por cierto, tedioso Ewan McGregor); sketches de Homo Zapping (Arantxa Sánchez Vicario y su madre) y por supuesto, el inevitable monólogo, con chistes tan manidos ya en las redes sociales que claro, tanto va el cántaro a la fuente que acaba por romperse. Aunque en este caso, el cántaro sea la fuente, Buenafuente. 

«Lo peor de lo de Froilán es que con 13 años ya sabe lo que es un gatillazo», dijo sobre el penoso accidente de caza del nieto del Rey. Broma poco afortunada retuiteada hasta la saciedad durante la semana pasada. Aunque los chistes originales del showman desde luego no fueron mejores: «Están convirtiendo al Rey en un cyborg: mitad hombre, mitad campechano. Ahora será Roborbón». Vamos, gafabastismo en estado puro. 

También se notó que durante su descanso el catalán ha estado viendo televisión estadounidense y no faltaron guiños a Saturday Night Live. Fruto de esa inspiración fue la parodia de La Casa de Bernarda Alba, divertida, pero de duración excesiva y, por lo tanto, repetitiva, aunque resultaba curioso ver a Eva Hache como uno más. Conclusión: como las magdalenas con roquefort, la mezcla de buenos ingredientes no produjo el resultado deseado y la primera entrega de Buenas Noches y... resultó descafeinada, quizás por eso muchos tuvieron ganas de irse a dormir o de paliar el tedio con uno o varios whiskys. 

Aún así, Andreu Buenafuente consiguió congregar a 2,8 millones de personas en Antena 3, la cadena en la que debutó a nivel nacional en 2018. Y desde luego, qué poco han cambiado las cosas. Solo faltó el neng de Castefa y un chiste de Rajoy. ¡Ah!, que ése sí que lo hizo.

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