Aprenda a controlar la factura de la luz

Desde enero de este año, el precio de la electricidad se ha encarecido un 4%. La última subida se ha producido hace sólo unos días, desde el 1 de octubre el consumidor paga la electricidad un 3,1% más cara. Para el usuario medio este cambio de tarifa supone un incremento de más de dos euros al mes en el gasto energético, de 79,90 euros pasará a pagar 82,29 euros. Si se atiende al precio de la electricidad, desde el año 2007, el del comienzo de la crisis, el golpe es aún peor, casi un 50% para un hogar medio.

Son, sin duda, malas noticias, pero si se eligen los electrodomésticos y sistemas de iluminación adecuados, la subida se notará menos en el próximo recibo.

Instalar este tipo de productos requiere un desembolso inicial importante. Las bombillas LED, por ejemplo, pueden llegar a ser tres veces más caras que los modelos de bajo consumo con tecnología CFL, y el precio de un electrodoméstico de alta eficiencia, como una nevera con certificación A+++, puede superar en varios cientos de euros el de uno corriente que esté en oferta en una gran superficie.


EFICIENCIA. Pero a medio plazo, la utilización de este tipo de productos se nota en la factura. Un hogar medio puede ahorrar casi 210 euros al año en consumo eléctrico si opta por frigoríficos, lavavajillas, televisores y lavadoras de máxima eficiencia.

Sustituir las bombillas de bajo consumo por equivalentes LED es uno de los pasos más sencillos para disminuir el consumo. La tecnología CFL —fluorescente compacta— supone un ahorro considerable frente a la tecnología incandescente que hemos usado durante el último siglo, pero el LED es incluso más eficiente. Un LED de 10 vatios ofrece la misma potencia lumínica que una bombilla de bajo consumo de 20 vatios y que una bombilla incandescente de 60 vatios, aproximadamente. El LED tiene además la ventaja de no usar mercurio como las CFL, tiene una vida media estimada de 25.000 horas y no se funde.

No todo son buenas noticias. Con el tiempo, las lámparas LED pueden perder un poco de potencia y en casos aislados la electrónica que gobierna su funcionamiento puede fallar. La temperatura de color era una de las quejas más frecuentes en las primeras luminarias LED. Usaban una luz parecida a la de las lámparas fluorescentes, más fría que las incandescentes a las que nos hemos acostumbrado. Este problema se ha corregido en los últimos años. Hoy las bombillas LED están disponibles tanto en temperaturas de color cálidas como frías.

La tecnología LED tiene además otras ventajas. Se calientan menos, por ejemplo, lo que hace que en algunos casos puedan tocarse con las manos incluso encendidas. Los fabricantes pueden crear también bombillas que cambien de color, una opción que abre nuevas opciones a la hora de decorar una casa.

La combinación de electrodomésticos de bajo consumo y bombillas LED no sólo permite ahorrar en la factura de la luz. Son elementos determinantes en la certificación de eficiencia energética que desde junio de este año es obligatoria para alquilar o vender inmuebles. Esta certificación otorga a la vivienda una letra de clasificación similar a la que emplean los electrodomésticos. Es obligatoria, y la multa puede alcanzar los 6.000 euros si no se dispone de ella en el momento de la venta o alquiler.

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