Los trending topic más populares

Guerra de consignas, comentarios e incluso hashtags tras el inesperado adiós de Esperanza Aguirre, ayer, a la política activa.

Desde el propio mensaje en Twitter de la ya ex presidenta («Gracias a todos, un fuerte abrazo»), hasta los comentarios más ácidos («Y quién le va a dar trabajo con esa edad»), pasando por las loas de sus propios correligionarios -coronadas por la caída de la web del PP madrileño a causa de la avalancha de visitas motivadas por el adiós de la, para Mario Vargas Llosa, «Juana de Arco liberal»-, la Red se sacudió ayer de arriba abajo por la noticia.

Además de Aguirre, también Ignacio González, el designado sucesor, se manifestaba a través de internet: «Tras 20 años trabajando juntos y pese a la tristeza, me queda la suerte de todos estos años en los que he aprendido casi todo en política», tuiteaba el nuevo presidente in pectore. «Es un ejemplo de dedicación, fortaleza y liderazgo para todos», añadía la delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes, fanática tuitera.

Sin embargo, los críticos se hacían oír mucho más en la Red. «Rajoy, no la mires, únete», escribía uno, mientras otros sugerían que lo que buscaba la ex presidenta era «tapar los efectos de la huelga» en los telediarios, anunciando su marcha a las 14.00 horas. No faltaban los que le ponían unas gotitas de humor al tema, aludiendo al ex presidente Aznar: «¿Os imagináis que ahora Aguirre se pone a hacer 2.000 abdominales al día?». O bien: «Me parece un poco egoísta la decisión de Aguirre estando Cristiano como está».

En el bando popular, Esteban González Pons, por ejemplo, enviaba un «gracias, estoy orgulloso de poder decir que soy tu AMIGO». En el otro bando se destacaba, por ejemplo, el cantante Fran Perea: «Algo huele a podrido en la dimisión de Esperanza Aguirre, ¿no?».

Pero mucho más. «Espero que Aguirre recuerde que una de esas mamografías que le realizaron, y que su partido quiere eliminar, le salvó la vida», decía otra tuitera. «Aguirre dimite porque está enferma, mientras muchos otros políticos permanecen en sus cargos a pesar de ponernos enfermos al resto», lanzaba un fan.

El locutor Javier Gallego, por ejemplo, espetaba: «Ahora tendrá más tiempo para leer a Sara Mago». Otra figura conocida, el portavoz de los controladores aéreos, César Cabo, también se lanzaba a los abismos todológicos: «El panorama político español, de por sí gris, pierde colorido tras la marcha de Aguirre».

La lectura de la noticia del día realizada por Tomás Gómez -«En el PP nadie tiene el tamaño de Esperanza Aguirre»- era readaptada por otro tuitero: «¡La está llamando gorda!». Y tampoco faltaban lecturas cabalísticas y eminentemente matemáticas, a la par que surreales: «Esperanza Aguirre nació en el 52. Hoy es 17/09/2012. 17x9x2+1x2=614. 614+52=666. ¿Casualidad? ¿Tenéis miedo?».

Más comentarios. «Si ahora Rajoy y Rubalcaba acompañan a Espe, y el tonto de Gordillo se va del país, estaríamos hablando del mejor lunes de la historia», decía un tuitero. «Me daría vergüenza ser mamporrero político de una señora como Esperanza Aguirre, que ha financiado 210.000 abortos en la Comunidad de Madrid», escribía otro más.

Pasando al mundo estrictamente real, los internautas se hacían eco al momento, por ejemplo, de que hacia las 22.00 horas de ayer grupos de ciudadanos se concentraban en la Puerta del Sol para brindar y cantar por el adiós de la ya ex presidenta de la Comunidad de Madrid.

«¿Han desactivado ya a Esperanza Aguirre los TEDAX?», decía otro tuitero. El tema opacó prácticamente cualquier otra noticia. A media tarde, de hecho, convivían en Twitter hasta tres hashtags dedicados a la política popular entre los 10 temas de conversación más extendidos de esta red social.

«Tengo que reconocer que echaré de menos a Espe. ¿Qué sería de Star Wars sin Darth Vader?», soltaba un poco de veneno otra de las internautas. «La dimisión de Espe debería de servir de ejemplo a decenas de políticos y banqueros que han fracasado y nos han traído una situación peor», escribía un partidario.

«Espe pedirá el reingreso como funcionaria... ¿le afectarán los recortes?», se preguntaba otro tuitero. Muchos rebotaban lo comentado por Ana Pastor ayer por la noche en Televisión «Dice Pastor que le gusta Esperanza porque es lo que parece. Dilo, di qué parece».

Aunque lo fácil era encontrar comentarios críticos, muchos otros ensalzaban a Aguirre. Por ejemplo: «La dimisión de Esperanza Aguirre es una desgracia para la que no hay palabras». O «izquierdosos sectarios no cantéis victoria, Esperanza Aguirre ha dimitido, pero no se va de la política. Sigue y seguirá». Aguirre, una vez más, un trending topic muy popular en su despedida.

«Te queremos», dijo ayer Pecas, en el perfil en Twitter creado con el nombre del perro de Esperanza Aguirre. Pecas, que según los tuiteros es el arma arrojadiza del equipo de comunicación del PP madrileño, también cargó contra su adversario político (TomasPlomez) y alabó el verso suelto de su presidenta. Pecas actúa como una suerte de secretario de su dueña, que contesta, por su cuenta y riesgo, a algunas de las cuestiones que le llegan a Aguirre a su cuenta oficial en dicha red social y que ella opta por ignorar olímpicamente. En el Gobierno regional aclaran que quien escribe estos mensajes de 140 caracteres con tanta clarividencia es «el propio Pecas». ¿Y cómo? Pues «con las cuatro patas», dicen.

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