El palio de la Virgen de la Victoria


Si quiere que le cuente lo que opino de lo sucedido el miércoles le digo que espere, que antes debo contarles las vivencias del Jueves Santo, un día esplendoroso marcado por la salida masiva de sevillanos a las calles para presenciar el paso de las cofradías. 

Fue curioso acercarse al barrio de Los Remedios para contemplar los pasos de hermandad de Las Cigarreras. Han tenido el acierto de salir a la calle Asunción, lo que acerca la cofradía a los vecinos.

El paso del misterio resulta algo tenebroso, ya por las vestimentas de los sayones y romanos, ya por el propio color negro de las pequeñas plumas de los soldados que azotan al Señor.

Admito mi debilidad por el palio de la Virgen de la Victoria. Hace unos años pedía desde esta modesta tribuna de una semana al año la coronación de la Virgen. Malos tiempos para más coronaciones.

Pero no importa; Nuestra Señora de la Victoria sigue tan bella, el palio sigue siendo un modelo de elegancia sevillana, hasta el punto de que en un marco tan poco propicio como la citada calle Asunción, ese palio puede con todo y brilla de forma insólita incluso con la portada de la Feria al fondo. Todo el paso de la hermosa virgen cigarrera fue un regalo para los sentidos, como todo en este palio único de nuestra Semana Mayor.

Comprendo que habrá quien me lea y quiera saber qué opino del asunto de los que todos comentan. Hay cosas más importantes. Por ejemplo, relatarles que Los Negritos desfilaron bajo las 'setas' rodeados de una multitud. No, a este paso la fuerza de la costumbre nos hará encontrar esquinas bellas en el horrible espacio de La Encarnación. La Virgen de los Ángeles pasó con la candelería apagada; las rosas, rosas de verdad, engrandecían un palio singular. En la esquina de Laraña con Orfila, allí donde sucedió todo lo del miércoles, la banda de Olivares se arrancó con unos campanilleros adornados por el toque de unos sonidos de cascabeles que desentonaron en lo que se supone que es una hermandad señorial.

Detrás, La Exaltación, que esperó un buen rato para seguir la estela de Los Negritos en la zona de las mencionadas 'setas'. La banda del Sol contuvo el ritmo con buen tino en la revirá para meterse en Orfila. A esas horas, las calles de Sevilla reventaban de un gentío muy 'semanasantero', es decir que caminaba de un lado a otro sin rumbo fijo. Majestuoso el palio de la Virgen de las Lágrimas, que lleva una orfebrería de Villarreal que es deslumbrante.

Espere, que todavía debo contarles que la tarde fue maravillosa, que salieron todas, que Montesión lució con fulgor, que la gente se emocionó con la Quinta Angustia y El Valle y que Pasión le puso el cierre a un día redondo.

¿Lo del miércoles? Me van a perdonar, pero estando en la calle la Virgen de la Victoria es un pecado contarle que en Se villa aún hay gente que no sabe estar el frente de una hermandad. Que se depuren responsabilidades, pero sepan que ayer salió por las calles de Sevilla la Virgen de la Victoria, que nos dejó la huella de unos instantes insólitos.

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